No habrá cambio en el sistema de votación en Brasil

El proyecto del Gobierno para modificar el sistema de votación fue rechazado por 229 votos en contra, 218 a favor, y una abstención. Además, 64 diputados no fueron a votar.

El martes por la noche, la Cámara de Diputados de Brasil rechazó la propuesta del presidente Jair Bolsonaro para modificar la Constitución e instaurar el sistema de voto impreso sustituyendo las actuales urnas electrónicas; con 229 votos en contra, 218 a favor, y una abstención.

La propuesta para cambiar el sistema de voración fue derrotada por un escaso margen. Pero lo cierto es que además de los que votaron en contra, un total de 64 diputados no acudieron a votar; dificultando así que el Gobierno alcanzase los 308 votos necesarios para que la Propuesta de Enmienda a la Constitución (PEC) saliese adelante.

El presidente de la Cámara de Diputados, Arthur Lira, un aliado de Bolsonaro, anunció en la retransmisión en directo de la votación que la propuesta queda «archivada».

Cambiar el sistema de votación para las elecciones

Desde hace semanas, el presidente y su entorno buscaban cambiar el actual sistema de voto electrónico, que se usa en Brasil desde 1996, por el voto impreso; alegando que en las actuales condiciones podría haber fraude en las elecciones del 2022.

Jair Bolsonaro realizó estas acusaciones sin pruebas y divulgando informaciones falsas. Esto le valió ser incluido en una investigación del Tribunal Supremo Federal sobre la difusión de «fake news» para atacar las instituciones democráticas, informó Reuters. El ultraderechista llegó a decir que “si no se aprobaba el voto impreso, podría no haber elecciones” el año que viene o que no aceptaría el resultado en caso de derrota.

En los últimos días, Arthur Lira propuso llevar a votación el tema lo antes posible; a sabiendas de que sería rechazado, para poner fin lo antes posible a la crisis política abierta por el presidente brasileño.

Horas antes de la votación, se realizó un desfile militar en el centro de Brasilia; lo que muchos diputados interpretaron como un gesto de intimidación para que se aprobara el voto impreso.