Senado: el oficialismo rechaza las sesiones presenciales y se complica un acuerdo

“La mayoría no quiere deplazarse”, reconoció el jefe oficialista José Mayans, mientras Cambiemos sigue participando de las Comisiones del Senado pero desconoce los dictámenes.

El jefe del Frente de Todos de Senadores, José Mayans, reveló que negocia con su colega de Cambiemos, Luis Naidenoff, para llegar a un acuerdo sobre el protocolo de sesiones remotas, pero no está cerca de lograrse porque sus dirigidos no aceptan reuniones presenciales ni siquiera en casos especiales.

“Cuando hablé con nuestro bloque la gran mayoría tuvo inconvenientes con el desplazamiento desde sus provincias. Pero estamos abiertos al diálogo y la presidenta de la Cámara también”, dijo Mayans en referencia a Cristina Fernández, durante un plenario de las comisiones de Comunicaciones y Presupuesto para dictaminar la ley de economía del conocimiento.

El tema se coló porque, como es habitual desde el lunes, cuando se inició la reunión los senadores de Cambiemos advirtieron que consideraban la validez de las actividades del Senado sujetas a la impugnación presentada este martes, en la que sostuvieron que sólo se puede habilitar una sesión remota con el apoyo de los dos tercios del recinto, imposible de alcanzar sin sus votos.

La decisión de ir a la Justicia la tomaron en una reunión de interbloque del viernes, dos días después de desconectarse de la sesión en la que Cristina Fernández sometió a votación un decreto suyo para prorrogar por 60 días el protocolo para votar con modalidad remota.

Para ese entonces, los referentes del frente opositor aseguraban que no existía diálogo y que se conformaban con una sesión semi presencial en el recinto de la Cámara de Diputados, con no más de la mitad de los 72 senadores. Hay espacio de sobra para mantener el distanciamiento social.

Pero Mayans reveló que no hay acuerdo entre los suyos, que también se negaron en abril a ocupar 15 bancas por sesión. Sólo pueden entrar las autoridades del Senado y la pantalla led atraviesa el recinto, que de ese modo quedó virtualmente anulado.

“Estamos abiertos al diálogo de manera permanente. La visión nuestra es seguir trabajando y no paralizar el Congreso. Debemos seguir dialogando”, manifestó Mayans.

Su segunda, Anabel Fernández Sagasti, pidió “poner delante de los intereses partidarios las funciones para las cuales los legisladores fueron elegidos. Espero que podamos seguir dialogando y que resolvamos estas diferencias en el pleno del Senado”.

Admitió que su bloque no quiso sesiones semi presenciales como en Diputados porque estarían en desventaja los senadores que no pueden llegar. Los de Tierra del Fuego, por caso, están imposibilitados de viajar mientras no haya vuelos comerciales.

Uno de los que tiene que estar en cada sesión es Maurice Closs, de Misiones, por ser vicepresidente del Senado. “Me tuve que hacer 6 o 7 hisopados, cada vez que volví cumplí 14 días de aislamiento y mis hijos no pueden ir al jardín. No es una vida normal”, describió.

“Hay un montón de argentinos que se exponen todos los días, como médicos, enfermeros y cajeras de supermercados. 72 senadores tranquilamente podemos hacer el esfuerzo. No quiero que se nos tome como si tuviéramos privilegios: mientras otros se exponen, nosotros no“, le respondió el radical Juan Carlos Marino.

Carlos Caserio refutó: “No es así, porque esos trabajadores que se exponen no se desplazan por todo el país. Yo fui hace dos semanas y recién estoy cumpliendo la cuarentena. ¿No vamos a poder sesionar cada 20 días? Se está mimetizando por un inconveniente que se generó en Diputados, donde se armó un microclima de competencia que aquí no existía”.

“Cristina tiene que convocar a los presidentes de los bloques y llegar a un acuerdo. ¿Cómo no podemos llegar a un acuerdo si Diputados ya lo hizo?”, se preguntó el radical Julio Martínez.

En esa Cámara sus pares pidieron sesiones presenciales para debatir el Presupuesto y el Impuesto a la Riqueza, complicando su rápida aprobación. Los senadores no quieren eso.

Fuente: La Política Online.