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Curiosidades

Sabias que la Reina Isabel II no puede ingresar a Londres?

¿Qué? ¿Cómo? ¡Pero si es la actual monarca británica!

Aun así, la City de Londres es el único lugar en todo el Reino Unido en el cual precisa de un permiso especial para poder ingresar. ¿Y cómo es esto? Mirá:

Ubicada en el mismo corazón de la capital y génesis de la metrópolis, casi se podría decir que la City de Londres constituye un submundo dentro del propio país británico, con sus propias leyes y un sistema de gobierno ancestral. Consolidada como uno de los principales baluartes económicos del Reino Unido, hoy desde Argentina Ya te informamos sobre el mayor distrito financiero del mundo.

La City de Londres es una pequeña área en la conurbación del Gran Londres con una superficie aproximada de unos 2,6 kilómetros cuadrados. Dentro de tan reducidos límites se negocian cada día productos financieros por valor de casi dos billones de dólares, lo que supone la tercera parte del total que se mueve en todo el mundo. Genera el 9% del Producto Interior Bruto del país británico y un 35% de las exportaciones del Reino Unido al exterior, y cerca de 500 entidades bancarias tienen sucursales o sedes en dicho espacio. Se estima que de tan reducido espacio dependen de forma directa e indirecta un millón de empleos. Puede que Nueva York sea un centro financiero mayor, pero gran parte del volumen que mueve es estadounidense. Si hablamos de transacciones internacionales, la City es el más grande del mundo.

 

En el Edad Media, lo que hoy en día se denomina La City constituía la extensión total de Londres delimitada por un muro perimetral del que ahora quedan muy pocos resquicios -se puede ver parte junto al museo nacional-. Con independencia administrativa desde el año 886 (La existencia de la City es anterior incluso al nacimiento de Inglaterra y por supuesto del Reino Unido), hay que remontarse al reinado de Eduardo el Confesor, rey que no tenía descendencia, para conocer las razones por las que Isabel II en la actualidad no puede acudir a la City.

Este monarca le prometió el trono a su primo Guillermo I, de origen normando. La promesa fue rota por el rey en su lecho de muerte, poniendo en bandeja del conde inglés Haroldo Godwinson el reinado en 1066. Guillermo se enfureció y decidió marchar sobre Inglaterra, algo que le hizo ganarse el apodo de El Conquistador. A pesar de que el normando se hizo con todo el territorio, no fue capaz de entrar a la ciudad de Londres hasta que Edgar Atheling, un noble que había sido nombrado rey, se rindió a cambio de una serie de privilegios que aun se mantienen.

Con alcalde propio, policía, distintos impuestos, servicios públicos y normativas, una de las leyes más llamativas es que el rey o reina y su familia no pueden acceder libremente a la zona, sino que tienen que pedir permiso al Mayor para acudir, y este tiene que preceder a la regente portando un cetro.

Sus instituciones políticas y forma de gobierno continúan marcadas por lo que fueron históricamente. No en vano, presume de que su asamblea es la “abuela” de los parlamentos actuales. Como apunta el historiador Maurice Glasman: “están fuera del alcance de la ley. La City actúa como un Estado dentro del Estado”. Un ejemplo es el “Espectáculo del Lord Major“, un desfile anual en el que celebran el nombramiento de un nuevo alcalde, que pasea en el desfile en una carroza de oro de más de dos siglos y medio de antigüedad.

Dentro de la propia City se pueden visitar muchos lugares míticos de Londres. Empezando por el barrio de los abogados, ‘Temple’, donde se encuentra la famosa iglesia de los caballeros templarios que Dan Brown puso en el candelero gracias a su ‘best seller’ ‘El Código Da Vinci’ y siguiendo por La Torre de Londres junto al Tower Bridge. Ademas se encuentra ’Monument’, el rascacielos de 311 pisos desde donde se puede disfrutar de las mejores vistas del distrito financiero y que se encuentra junto a la enorme columna monumental que se erigió en memoria de los fallecidos por el famoso incendio de 1666; el ‘Leadenhall Market’, uno de tantos mercados ingleses donde disfrutar de comida y bebida, y por supuesto, la catedral de San Pablo, la segunda más grande del mundo y donde, contra todo pronóstico, contrajeron nupcias Carlos y Lady Di.

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