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Murió “Cacho” Castaña, un ícono de la música popular porteña

Estaba internado desde hacía varios días por una afección pulmonar. Fue uno de los artistas más emblemáticos de la cultura popular Argentina.

Cacho Castaña, compositor de famosas canciones como “Café La Humedad”, “Garganta con arena” y “Para vivir un gran amor”, estuvo internado por problemas cardíacos en 2005 y respiratorios en 2011. Luego, el 24 de diciembre de 2013, ingresó al Sanatorio de Los Arcos por una serie de complicaciones derivadas de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) que padece.


Pero a fines del 2018 los problemas de salud comenzar a acentuarse. El 7 de noviembre fue internado de urgencia en el Sanatorio de Los Arcos de Palermo por un cuadro bronquial. El 11 de junio pasado celebró la llegada de sus 77 años acompañado por su pareja y sus amigos, en un evento en el que se lo notó sonriente y bien de salud. Pero poco después, el 5 de agosto, debió ser hospitalizado nuevamente en el centro médico de Palermo, debido a un cuadro de neumonía.

El 9 de agosto le dieron el alta pero el 23 volvió a ingresar al Sanatorio de Los Arcos por un virus respiratorio sincitial. “Se encuentra internado por un proceso infeccioso respiratorio, al que está predispuesto por sus problemas cardíacos y pulmonares preexistentes”, decía el comunicado que emitió el centro médico. Por su parte, Leticia Gourdin, encargada de prensa del reconocido artista, dijo a Teleshow: “Es una gripe leve que les agarra a los bebés, pero en él todo se magnifica. No es grave”.

Después de casi un mes, el 19 de septiembre, abandonó la clínica para continuar con su recuperación en el Remeo Center Pilar, un centro de rehabilitación que se especializa en pacientes con problemáticas respiratorias, hasta que debieron trasladarlo nuevamente al Sanatorio de Los Arcos.
Falleció en la mañana de este martes a los 77 años, luego de haber sido internado el 4 de octubre.

Humberto Vicente Castagna (nacido el 11 de junio de 1942). Infancia feliz, piano y pantalones cortos, padres zapateros, de ahí al rock, a Elvis, a Los Beatles.
Hay que ser porteño para entender su métrica. Su historia fue la de hombre público que se relacionó con mujeres públicas.
Construyó un personaje querible. Querible, para los parámetros del mundo del espectáculo criollo, a veces quiere decir impune. Ese don de estar más allá del bien y del mal.

Por el arte dejó atrás su segunda pasión: el fútbol. Reconocido hincha de San Lorenzo y buen futbolista, llegó a jugar en la cuarta división del club de Boedo.

Conforme a las internaciones frecuentes, a la bendición del Polaco Goyeneche y a su particular encanto varonil, encontró un amplio abanico de admiradores impensados que lo llenaron de homenajes en vida: La Beriso, Calamaro, Pocho la Pantera, Gustavo Cordera, Nacha Guevara. Decía que con el tango empezó la guita y que este Cacho, el de la última época, sería el más recordado. “Tuve una vida un poco desordenada”, confesaba con más orgullo que pesar.

Sus cifras como artista asombran con una carrera que incluyó 50 discos editados con más de 600 canciones grabadas. Algunos de sus temas, como “Para vivir un gran amor”, “Naranjo en Flor”, “Cacho de Buenos Aires” y “Café la humedad” forman parte de la cultura argentina.

“Yo lo firmo, pero no sé de quién es a la hora de la verdad. Tengo un secundario tibio, no soy un gran lector. Entonces, me nutrí más de la calle, de las cosas que pasaban a mi alrededor, de mis experiencias. Le escribí a las cosas que admiro de la vida. Qué linda que es esta vida, qué bronca da morirse. Y traté de documentar cosas que me pasaban”, comentó alguna vez Cacho.

Que en paz descanse este gran ícono porteño.

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