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Cuando la homosexualidad dejó de considerarse una enfermedad

El Día Internacional contra la Homofobia, Transfobia y Bifobia fue instituido en 2004; coincidiendo con el día que la OMS aceptó la homosexualidad como una variación natural de la sexualidad humana.


Como cada año, hoy se conmemora el Día Internacional contra la Homofobia, Transfobia y Bifobia; una jornada de denuncia y reflexión sobre la segregación que sufre el colectivo LGBTIQ+ y como una forma de actualizar la lucha por el reconocimiento de sus derechos.

La fecha celebración fue impulsada por la red internacional IDAHO (en inglés, International Day Against Homophobia and Biphobia) y es celebrada desde el año 2004. En la actualidad se reconoce en más de 130 países, 37 de los cuales todavía consideran las manifestaciones referidas a la homosexualidad como ilegales.

La elección de este día coincide con que el 17 de mayo de 1990, la Organización Mundial de la Salud excluyó a la homosexualidad de la Clasificación Internacional de Enfermedades; aceptándola oficialmente como una variación natural de la sexualidad humana.

La psiquiatría norteamericana había dado pasos importantes en el mismo sentido y, luego de años de concebir la homosexualidad como una “desviación sexual”, en 1986 la eliminó del Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales.

Inicios del activismo

Carlos Jáuregui

En Argentina, especialmente a partir de la caída de la dictadura cívico-militar en 1983, se generó un activismo en contra de la discriminación por orientación sexual que se intensificó en la década del 90 bajo la figura de uno de los activistas más emblemáticos e importantes del movimiento: Carlos Jáuregui.

En 1992 se produjo la primera marcha del Orgullo Gay Lésbico en Buenos Aires; uno de los principales propulsores fue Carlos Jáuregui, un destacado activista que ayudó a impulsar el primer proyecto de unión civil en el país.

Él fue el primer presidente de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA) entre 1984 y 1987. Posteriormente fundó la asociación Gays por los Derechos Civiles, en 1991. En 1992 encabezó la primera marcha del Orgullo proclamando una célebre frase: “En una sociedad que nos educa para la vergüenza el orgullo es una respuesta política”.

En 1996, a los 38 años, murió a causa de SIDA. Tras su fallecimiento, una plaza en el barrio porteño de Constitución se nombró en su memoria. El 20 de agosto, día de su muerte, se estableció como el “Día del Activismo por la Diversidad Sexual”.

Otro importante representante de los derechos del colectivo LGBTIQ+ fue César Cigliutti, quien falleció en agosto del 2020. Su rol fue fundamental para la comunidad: presidió la CHA desde 1996 hasta su fallecimiento y fue el Secretario General de la Asociación de Personal de la Seguridad Social (APERSES).

César Cigliutti

En 2003 logró unirse civilmente con su pareja y también activista, Marcelo Suntheim; luego de una larga batalla legal que culminó con la aprobación de la primera Ley de Unión Civil para parejas de mismo sexo en América Latina. 

También dio su apoyo a la Ley de Matrimonio Igualitario y la Ley de Identidad de Género en la Argentina. Otros hitos en su historia de militancia fueron la obtención del reconocimiento de la pensión por fallecimiento para las parejas del mismo sexo.

Además realizó numerosas presentaciones y colaboró con publicaciones sobre temas de discriminación, HIV y adopción de parejas homosexuales. Por su enorme activismo fue declarado Ciudadano Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires el 17 de mayo de 2011.

“En una sociedad que nos educa para la vergüenza el orgullo es una respuesta política”

Carlos Jáuregui

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