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Internacional

Elecciones: Donald Trump denuncia en la Justicia el triunfo de Joe Biden

Joe Biden será el próximo presidente de Estados Unidos, luego de ser declarado ganador de las elecciones 2020. Donald Trump planea una ofensiva legal ante la Justicia por el resultado de los comicios.


Joseph Robinette Biden Jr. será el próximo presidente de Estados Unidos, luego de un largo escrutinio que enervó al país. Fue declarado ganador de las elecciones al alcanzar la mayoría en el colegio electoral gracias a triunfos ajustados en cinco estados pendulares: Pensilvania, Michigan, Wisconsin, donde el presidente, Donald Trump, había conseguido una victoria hace cuatro años, y Arizona y Georgia, dos enclaves republicanos que Biden dio vuelta.

“Frente a obstáculos sin precedentes, un número récord de estadounidenses votó, probando una vez más que la democracia late profundamente en el corazón de Estados Unidos”, manifestó el candidato electo en un comunicado. “Con la campaña terminada, es hora de dejar atrás la ira y la retórica dura y unirnos como nación”, agregó.

El resultado fue rechazado por Trump, quien se niega a conceder su derrota denunciando fraude y acusando a los demócratas, sin pruebas, de querer “robar” la elección. En un último intento por retener el poder, el presidente estadounidense reclamó en la Justicia la impugnación de votos por correo -un método utilizado este año mayoritariamente por los demócratas-, en los estados donde esos sufragios le jugaron en contra. Pero sus primeras demandas fueron rechazadas. Ahora, amenazó con llevar la disputa hasta la Corte Suprema.

“¡GANÉ ESTA ELECCIÓN, POR MUCHO!”, tuiteó el mandatario, justo antes de que los medios declararan ganador a Biden. La red social advierte que “es posible que las fuentes oficiales no hayan llamado a la carrera cuando esto fue tuiteado”.

Trump pasó la mañana jugando al golf en uno de sus resorts en Virginia. “Estas elecciones están lejos de haber terminado. Joe Biden no ha sido certificado como el ganador de ningún estado y mucho menos de los estados altamente controvertidos que se dirigen a recuentos obligatorios, o estados donde nuestra campaña tiene desafíos legales válidos y legítimos que podrían determinar el vencedor final”, afirmó.

El triunfo del candidato demócrata -que debe ser certificado por las autoridades estatales antes de que el colegio electoral lo proclame presidente electo- cerró una elección histórica y dramática que mantuvo en vilo al país y al mundo durante cinco días de escrutinio a cuentagotas por el aluvión de votos por correo, que fue seguido minuto a minuto por millones de personas durante una semana en la que pocos pudieron pegar un ojo o despegarse de los televisores.

Al final, Biden se encaminaba a obtener 306 electores, la misma cantidad que consiguió Trump hace cuatro años. El estado que le otorgó la victoria fue Pensilvania, donde nació, que le permitió llegar a 273 votos electorales. Biden lideraba en Nevada y Georgia, dos estados donde aún no fue declarado vencedor.

“Debemos dejar atrás la ira y la demonización. Es hora de que nos unamos como nación y sanemos. No será fácil, pero debemos intentarlo”, comunicó Joe Biden anoche en un discurso en el que se ya se mostraba como presidente electo.

El camino de Biden a la Casa Blanca comenzó a allanarse ayer, cuando pasó al frente por apenas 1097 votos en Georgia, un estado que Trump confiaba en ganar, y que los demócratas habían capturado en una elección presidencial por última vez en 1992, con Bill Clinton.

Unas horas después, Biden también dio vuelta Pensilvania, su estado natal, luego de pulverizar una ventaja de Trump de más de 300.000 votos para pasar a liderar por más de 13.000 con el avance del conteo de los votos por correo. La agencia de noticias AP, y las cadenas CNN y Fox News, NBC, ABC y CBS lo declararon ganador después de que Biden amplió su ventaja en Nevada y en Pensilvania.

Una elección histórica

Fue una elección acorde a 2020. Millones de norteamericanos, sobre todo, demócratas, decidieron votar por correo para eludir el riesgo de contagio del coronavirus, una decisión que provocó una avalancha de votos ausentes y alargó el escrutinio. Trump había atacado durante todo el año al voto por correo, al socavar su confiabilidad y tildarlo de fraudulento, afirmando que sería utilizado para “arreglar” la elección. Nunca aportó pruebas, y su ofensiva, respaldada por varios republicanos, aniquiló todos los intentos por reforzar el sistema electoral de los estados a tiempo para la elección. El resultado fue un recuento lentísimo, dispar, y unas cifras finales que demoraron casi una semana y quedó embarrado por denuncias infundadas de fraude.

Crispado y extenuado, Estados Unidos aguardó impertérrito la definición de una de las elecciones más cruciales de su historia, unos comicios que, lejos de cerrar las divisiones en el país, apuntan a dejarlo aún más enfrentado.

Trump, su familia, sus más leales aliados y sus seguidores desplegaron una intensa campaña para deslegitimar el resultado de los comicios con acusaciones infundadas de fraude a través de mensajes de texto y comunicados de la campaña, tuits, conferencias de prensa, monólogos en medios conservadores y manifestaciones. Hubo protestas a favor y en contra del conteo en las ciudades donde continuaba el escrutinio, como Filadelfia, en Pensilvana, o Phoenix, en Arizona, donde decenas de manifestantes trumpistas –algunos armados– se congregaron frente a la alcaldía con carteles que decían: “Cuenten votos legales” o “Detengan el robo”.

Protestas trumpistas en Pensilvana, ciudad natal de Biden

“Si cuenta los votos legales, gano fácilmente. Si cuenta los votos ilegales, pueden intentar robarnos la elección”, había dicho Trump el jueves por la noche en un explosivo mensaje, que generó rechazo incluso dentro del oficialismo. “Los demócratas nunca creyeron que podrían ganar esta elección con honestidad. Realmente lo creo. Es por eso que hicieron el voto por correo, donde hay una tremenda corrupción y fraude”, denunció.

Unas horas antes, con otro tono, Biden había pedido mantener la calma y respetar el conteo, reiterando su confianza absoluta en que, una vez finalizado el escrutinio, sería declarado ganador. “En Estados Unidos, el voto es sagrado. Así es como la gente de esta nación expresa su voluntad. Y es la voluntad de los votantes, nadie ni nada más elige al presidente de los Estados Unidos”, afirmó Biden, antes de que se cantara el resultado de Pensilvania, que le abrió la puerta a la presidencia.

La victoria de Biden fue declarada por la agencia AP. A esa altura, Biden ampliaba su ventaja en el voto popular al sumar casi 74 millones de votos, o el 50,5%, contra cerca de 70 millones de Trump, un 47,8%. El mapa mostraba a Biden con 284 votos electorales -la proyección de AP le otorgó Arizona, aunque otros medios mantenían ese estado en disputa- con la posibilidad de llegar a 306, mientras que Trump sumaba 214.

Pese al desenlace de la elección, el rechazo de Trump a conceder la elección y su ofensiva legal anticiparon una dura pelea y sumaban incertidumbre por el futuro del país. La estrategia judicial del mandatario podía llegar a terminar en una decisión de la Corte Suprema de Justicia, donde el mandatario colocó tres jueces conservadores durante su mandato, y caldear aún más los ánimos de una sociedad fracturada lista para copar las calles, además de comprometer la gobernabilidad futura de la primera potencia global con una transición conflictiva.

– Por Rafael Mathus Ruiz para La Nación.

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