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Cannabis Medicinal: “Nuestra vida cambió para siempre”

Alma, de 12 años, padece autismo severo y epilepsia refractaria. Desde que comenzó el tratamiento con cannabis medicinal, puede dormir de noche, conecta con la mirada y se sienta a compartir la mesa.


El integrante de la Red de Usuarios de Cannabis Medicinal del partido de San Vicente, Andres Godoy, relató el cambio que logró el tratamiento en su hija Alma, en diálogo con radio Trend Topic.

“En el 2017 se aprueba una Ley bastante acotada, porque hablaba solo de la epilepsia refractaria. Los únicos que podían acceder al aceite eran esos pacientes y ya se sabía que el uso de cannabis abarcaba muchísimo más. Desde ahí, desde las agrupaciones se empezó a luchar para que se pueda abrir un poco más ese camino. Hay un montón de otros usos terapéuticos y medicinales que sirven. Por suerte se amplió un poco más; siempre decimos que los Gobiernos tienen que ir a las bases, a las asociaciones civiles y a los usuarios más que nada, para comprender un poquito más del tema”, contextualizó.

Agregó que “la historia con el cannabis nace hace 5 años. Tenemos una hija que se llama Alma, que tiene 12 años. Nació por cesárea y desde el año y medio detectamos un autismo bastante severo. A los dos y medio empezaron sus convulsiones. Su diagnóstico es autismo severo y epilepsia refractaria. Ningún medicamento hacía el efecto esperado, llegó a tomar 7 anti convulsionantes que no hacían ni un tipo de efecto. Estuvo unos 4 años tomando medicación de farmacia, que nada hacía. En eso empieza a salir tema del cannabis en 2015-2016. Empezamos a averiguar con una mujer que tiene un hijo con autismo y que tiene epilepsia también, bastante parecida a la de Alma; y ella nos recomienda que le comencemos a dar aceite. Nos contaba que en su hijo había hecho maravillas”.

“De esa manera, dimos con un doctor que, por supuesto, tenía miedo y no quería que los demás se enteren que él trabajaba con cannabis. Sacamos un turno en Capital, nosotros somos de San Vicente; y nos vendió un frasco de aceite de cannabis. Nos recomienda que le demos 3 gotitas a la noche, que es cuando más se precisa, porque las convulsiones pasaban de tarde-noche. Alma dormía dos horas por noche y nuestra familia era un caos total; esa noche durmió 8 horas seguidas, que hacía años no pasaba. Nos quedamos al lado de ella toda la noche porque no dejaba de ser algo nuevo. A partir de ahí nuestra vida cambió para siempre. Desde la primera gota, nunca más tuvo una convulsión. Pudimos sacarla de toda medicación, que nos llevó 2 años para evitar los efectos adversos”, abundó.

Godoy explicó que su hija “llegó a tomar 3 pastillas y media de uno de anti convulsionantes y se tenía que sacar media cada 6 meses; pero desde que está con el aceite, cambió muchísimo. No solamente en el sueño, sino en la parte conductual. Antes o después de una convulsión no sabía expresar lo que le pasaba y se auto agredía o le agarraba hambre desmedida y sed; veía agua de una zanja y se tiraba, era un efecto de los medicamentos”.

Para alegría de todos, “Alma hoy se conecta muchísimo más con la mirada. Come en la mesa, agarra el tenedor; tal vez parecen cosas tontas pero para una familia con un hijo con discapacidad es un montonazo. Tiene control de esfínter, que no lo hizo hasta los 6 o 7 años; como esas, un montón de cosas. Por eso empezamos a luchar a que se pueda reformar esa Ley”.

“Si bien Alma entraba en la Ley en 2017, uno no puede ser egoísta porque sabe que a un montón de niños más, incluso los que tienen sólo autismo, no podían usar el cannabis legalmente. Nos juntamos con gente de San Vicente que sabíamos que cultivaba para uso terapéutico y empezamos a formar esta asociación civil”, señaló Godoy.

Autocultivo de cannabis medicinal

“Nos habían donado semillas. La Red Cannábica es gente de 10, extraordinaria. Habíamos hecho, en 2017, un curso en un espacio cultural en el partido de San Vicente, en la localidad de Alejandro Korn, en la Casa del Pueblo. Ahí conocimos muchos activistas cannábicos de hace mucho tiempo, que nos brindaron todos sus saberes. Gilda Collman es una de las que nos enseñó muchísimo”, recordó el integrante de la Red de Usuarios.

En ese marco, analizó: “Yo sabía que no iba a hacer nada malo con esa planta, ni vender ni nada que no sea poder tener mi propia medicina para mi hija. Por suerte mis vecinos entendieron todos, incluso ayudaron a esto de cuidarnos entre vecinos por algún eventual robo. Todavía la ley no nos ampara como para hacer una denuncia, porque seguimos en la ilegalidad. Si bien salió un registro de cultivadores, está muy tirado de los pelos; muy pocos se anotaron porque la información es bastante frágil. Los datos que pones ahí los puede ver cualquiera y suena un peligro para la gente mal intencionada”.

El cannabis medicinal en “Jujuy está muy avanzado, pero es un cultivo para exportación. No queda nada ni en los propios jujeños, se lleva todo para Canadá y Estados Unidos. Es tal vez más un negocio que otra cosa”, consideró Godoy.

Salir de la ilegalidad

“Uno de los lugares que está más avanzado en el tema es el municipio de La Madrid; donde el intendente tomó la decisión política de poder cultivar para investigar y que a la gente no le falte el aceite. En San Vicente, como municipio, vamos por el mismo camino: hace 3 días tuvimos una reunión con el intendente, Nicolas Mantegazza“, añadió.

Al respecto, el activista observó que el jefe comunal “se mostró más de acuerdo con lo que queremos; necesitamos un cultivo de investigación para poder proveer a un programa médico asistencial que tenemos en el Hospital Ramón Carrillo, gracias a una Ordenanza que presentamos como Red de Usuarios, en junio de 2019. Tenemos acceso a un grupo de médicos y profesionales de calidad para poder llegar a un aceite seguro”.

Por último, explicó: “Sabemos que es ilegal el aceite y sabemos a lo que nos exponemos, pero queremos que se pueda llegar a un aceite de calidad y medido. Tenemos convenio con el CONICET de La Plata, entonces están medidos. Las doctoras recomiendan un aceite alto en CBD y le damos al paciente los primeros frasquitos, con la condición de que empiece su auto cultivo; entendiendo que no podemos depender de nadie. El usuario de cannabis tiene que auto cultivarse”.

“Entiendo que el Gobierno dice que lo mejor sería un fito preparado o de farmacia, no estoy en desacuerdo porque va a haber gente que no va a querer cultivar cannabis medicinal, por distintos motivos. Es lógico y comprensible”, concluyó.

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