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La Iglesia Católica considera que con el nuevo protocolo “se instala el aborto libre en la Argentina”

La Iglesia ​reaccionó con dureza ante la publicación en el Boletín Oficial del protocolo para los abortos no punibles. Fue a través del presidente de la comisión de Pastoral de la Salud del Episcopado, el obispo Alberto Bochatey, quien consideró que con la medida “se instala el aborto libre en la Argentina”.

Bochatey dijo que la decisión que ejecutó el ministro de Salud, Ginés González García, “no sorprende porque (el funcionario) es abortista y ya había advertido que no iba a entrar en discusión por la ley, sino promulgar el protocolo vía ministerio y obligar a las provincias a que adhieran”.

En declaraciones a la agencia católica AICA, Bochatey critica en particular una serie de puntos del protocolo como actualizar medicamentos y una nueva droga, la mifepristona, que no está aprobada por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) en el país.

“A nivel internacional se utiliza la asociación de esta droga con el misoprostrol para aumentar la eficacia del aborto y disminuir los efectos secundarios”, explicó.

Sobre la edad que el protocolo permite practicar aborto, 13 años, el obispo advirtió: “Las niñas de esta edad podrán hacerse un aborto, incluso sin el consentimiento de sus padres. Esto es peor que la ley que quisieron promulgar en 2018, que lo aceptaba desde los 14 años”.

Asimismo, consigna AICA, el protocolo no respeta la objeción de conciencia.

“Otro cambio grande es el paradigma del concepto de salud integral, que es física mental y social. Dicen que es exactamente igual que lo que estaba en el Código de 1921, pero no es así”, señala.

El Código Penal de 1921 habla de cuestiones de riesgo de vida y de casos de violación. En cambio, puntualiza, “este protocolo avala muchos otros factores que no tienen que ver con riesgos de vida o de violación”.

Con respecto a lo declarado por el ministro en el sentido de que “quien no quiere el protocolo, no cumple con la ley”, afirmó que “la ley no obliga al protocolo. La ley está por encima del protocolo, que una normativa ministerial que ni siquiera precisa de la aprobación del presidente”.

“La táctica es clarísima y era muy previsible, evitando que se genere todo tipo de discusión y un debate democrático. Y la ciudadanía argentina no está a favor del aborto, como quedó demostrado democráticamente en el Parlamento, en 2018”, consideró.

Finalmente, Bochatey aseveró que esta medida también sucedió en muchos países latinoamericanos, en los que “metieron el aborto por la ventana, no por la línea de debate legislativo, contrario a la cultura del pueblo, sin otras propuestas para el cuidado de la mujer”.

“Esto no es simplemente un tema de salud publica o de medicamentos, sino que se trata de algo más profundo, que es la vida misma”, concluyó.

Ante estas declaraciones, el presidente Alberto Fernández ordenó a todos sus funcionarios evitar responder a la cúpula eclesiástica, priorizar la “agenda positiva” de trabajo social con los curas villeros y rescatar la figura del papa Francisco.

De esta manera, el Gobierno eludirá una confrontación con la Iglesia por el tema del aborto, a pesar de las duras críticas que hizo hoy el presidente de la comisión de Pastoral de la Salud del Episcopado, el obispo Alberto Bochatey, quien consideró que con el protocolo de aborto no punible “se instala el aborto libre en la Argentina”.

Ante este panorama, Fernández decidió poner un freno a la polémica desatada. Según confiaron a Infobae allegados al jefe del Estado, se pidió tanto a Ginés González García como al resto del gabinete nacional no contestar a la Iglesia en este tema.

Desde la Casa Rosada señalaron que el ministro de Salud había previsto un artículo del protocolo referido a la objeción de conciencia que apuntaba a amortiguar las críticas de algunos sectores conservadores y de la Iglesia. Así fue como González García definió: “Somos respetuosos, pero no puede ser una coartada para que no se cumpla la ley. La ley respeta la objeción pero no puede quedarse sin respuesta institucional”, dijo. No habrá más debate al respecto.

En rigor, el Presidente ya dijo a sus allegados, y lo planteará desde el lunes, día en que asumirá el nuevo secretario de Culto, Guillermo Oliveri, que “en adelante se buscará compensar el malestar de la Iglesia con una agenda positiva, enfocada en los temas sociales y en la ayuda para combatir la pobreza”. En una Argentina que tiene un 40% de niveles de pobreza, en la Casa Rosada creen que sería “un grave error” confrontar con la Iglesia, que será un aliado central en la ayuda a los sectores vulnerables.

En este sentido, el Gobierno buscará reforzar el diálogo con el presidente de la Comisión Episcopal, monseñor Oscar Ojeda, y de la Pastoral Social para apuntalar el trabajo conjunto que se espera realizar en la ayuda a los sectores desprotegidos de la Argentina.

Por otra parte, el Presidente no quiere repetir una relación distante con el papa Francisco como la que tuvo Mauricio Macri. Por el contrario, apuesta a establecer puentes de diálogo con el Vaticano, más allá de las diferencias puntuales que puedan existir por el tema del aborto.

De hecho, la pareja del Presidente, Fabiola Yáñez, se reunió hoy con el Papa en el contexto de un encuentro mundial de la inauguración de la sede de la organización pontificia Scholas Ocurrentes y le llevó el cáliz que se utilizó el domingo pasado en la misa de Luján, donde Fernández y Macri compartieron el saludo de la paz. La mujer del Presidente le llevó el mensaje del Gobierno de acercar posiciones con la Iglesia y manifestó que Alberto Fernández espera un diálogo permanente con la Iglesia.

Fabiola Yáñez le obsequió al Papa el cáliz usado en la misa de Luján en la que estuvieron Alberto Fernández y Mauricio Macri (foto Reuters)

(Fuente: Clarín e Infobae)

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